Hoy, 15 de enero de 2018 el abogado César Paucar Paucar, juez de la UNIDAD JUDICIAL PENAL CON SEDE EN EL CANTÓN QUEVEDO, resolvió en favor de la vida y en contra de los transgénicos. Aceptó Acción de Protección y pide reparaciones por atentar al derecho a la alimentación, la vida, el trabajo y la tierra, por la presencia de soya transgénica en la provincia de Los Ríos. En esta sala se ventilaba el recurso constitucional presentado, en diciembre de 2018, por Richard Intriago, representante de la Federación de Centros Agrícolas y Organizaciones Campesinas del Litoral “FECAOL” y Mario Macías, representante del Centro Agrícola cantonal de Quevedo en contra de la Agencia Ecuatoriana de Aseguramiento de la Calidad del Agro (agrocalidad), Ministro de Agricultura y Ganadería y el Procurador General del Estado, por acción u omisión del cultivo de semillas genéticamente modificadas en territorio ecuatoriano, prohibido por norma constitucional según el art. 401, en el que “Se declara al Ecuador libre de cultivos y semillas transgénicas….”
Un transgénico es un organismo vivo, creado artificialmente a través de la modificación de su estructura interna por medio de la ingeniería genética. Este es un proceso que puede hacerse sólo bajo condiciones de laboratorio. Ningún campesino puede obtener semillas transgénicas a través de métodos convencionales de mejoramiento genético. Para hacer un transgénico se aísla segmentos del ADN de un ser vivo (virus, bacteria, vegetal, animal e incluso humano) para introducirlos en el ADN de otro, rompiendo las barreras de Género, Familia y hasta Reino.
FIAN Ecuador, como organización que defiende el derecho humano a alimentación y nutrición adecuada, ve con preocupación la existencia de cultivos con semillas transgénicas porque atentan contra la construcción de la soberanía alimentaria, que es la capacidad que tiene un pueblo de producir sus propios alimentos y de mantener el control sobre el proceso productivo, además, de provocar un proceso de erosión genética, pérdida de prácticas tradicionales, sistemas productivos, hábitos alimenticios y costumbres asociadas con las variedad de semillas originales o criollas que se van perdiendo o desaparecen.
Pese a existir la prohibición del ingreso, comercialización y cultivos de transgénicos en Ecuador, desde el mismo Estado se impulsó a través del plan de cambio de matriz productiva, la expansión de la frontera agrícola con alrededor de 50 mil hectáreas para soya y 20 mil hectáreas de canola, ambas transgénicas. Ante esta situación, organizaciones como Acción Ecológica y la FECAOL, iniciaron monitoreos anuales para identificar si el Ecuador mantiene su estatus de país libre de transgénicos.
Por ello, en julio 2018, las dos organizaciones realizaron un nuevo monitoreo de la soya en 16 parroquias de 10 cantones de la Provincia de Los Ríos en la que se tomaron 107 muestras en fincas de más de 20 hectáreas. Los resultados evidenciaron que el 76,57% (83 muestras) luego de ser sometidas al test de campo dieron positivas a ser transgénicas.
Los problemas de los cultivos transgénicos sobrepasan la misma existencia del OGM: está el poder del oligopolio que concentra la producción de material vegetal de reproducción que logrado y se ha dotado de un sistema de patentes que rige y controla la industria biotecnológica; los diferentes tratados internacionales de libre comercio, el acaparamiento de la tierra en pocas manos, el encadenamiento productivo de pequeños agricultores, la perdida de diversificación de la agricultura familiar campesina, la desaparición de semillas, el debilitamiento o incluso desaparición de prácticas alimenticias culturales, la eliminación de los ciclos naturales de organismos y microrganismos presentes en los procesos agrícolas o de la misma tierra, entre otras.
El Juez constitucional, argumentó su sentencia en base a la prohibición constitucional presente en el art. 401 y el art. 56 de la ley de semillas, y ordena a las Instituciones públicas pertinentes a que controlen y decomisen todo cultivo transgénico, y señala que en caso de demostrarse que es para fines investigativo se continuará con el mismo.
fotografías: Tamara Artacker Ocaru