La tierra es, para las familias campesinas y montubias un espacio de vida, de producción y reproducción social, no solo la base misma de la vida, dar alimentos sanos, sino que cumple funciones sociales, culturales, espirituales y ecológicas cruciales. Las familias campesinas no solo están vinculados a la tierra por una cuestión económica, a ella los liga la escuela, la iglesia, sus celebraciones religiosas y festivas, sus costumbres, gastronomía, tradiciones populares, parentescos y compadrazgos, historia común, el disfrute de la vida del campo y la libertad que le proporciona la amplitud del espacio, convivir con la naturaleza, las aves, animales domésticos, las plantas. La tierra también el espacio de enfrentamiento con el agronegocio y de lucha en defensa de la tierra y la vida misma. Es el espacio para llevar una vida autodeterminada en dignidad y en comunidad con los demás.
Sobradas razones, tienen las familias campesinas y montubias de las asociaciones “La Nueva Revolución”, “Asovancon”, “La Fe del Campesino” y “Mariva” en resistir por más de 17 años en defensa del derecho a la tierra en el predio MARIVA LAMIPER, en el cantón Durán, provincia del Guayas que, en una mezcla de rebeldía y eufóricos gritos derramaron lágrimas de alegría durante el plantón, en los bajos de la Corte Constitucional, al recibir la histórica sentencia que en resumen significa que NO SE DEVUELVEN SUS TIERRAS a los banqueros Isaías y, declara:
- Que los jueces de primera y segunda instancia que ordenaron la restitución y reparación de los bienes incautados en 2008 por la AGD, vulneraron del derecho a la seguridad jurídica, en consecuencia deja sin efecto las actuaciones y archiva acción de protección presentada por los hermanos Isaías en 2018;
- Que los jueces de mayoría de la Sala de lo Penal de la Corte Provincial de Justicia del Guayas incurrieron en error inexcusable, infracción grave que el Consejo de la Judicatura debe sancionar; y, la Fiscalía investigue el presunto delito de prevaricato de estos jueces.
El arraigo a la tierra y la unidad campesina, junto al apoyo de la Unión Tierra y Vida, FIAN Internacional y su sección FIAN Ecuador, de personas y organizaciones sociales y redes de derechos humanos nacionales e internacionales como la Defensoría del Pueblo del Ecuador, Dejusticia, RED DESC, Instituto de Derechos Humanos de la Universidad de Minnesota, Clínica de Derechos Humanos de la Universidad de Miami, con la presentación de amicus curiae y orientaciones relativas a tratados, instrumentos y declaraciones internacionales de derechos humanos, han hecho posible este triunfo histórico que beneficia no solo a las organizaciones que cultivan estas tierras, sino también al Ecuador.
Los hermanos Isaías rechazaron la decisión de la Corte y, anuncian que seguirán reclamando la devolución de sus bienes por la vía legal, en el ámbito nacional e internacional para que se cumpla el dictamen del Comité de Derechos Humanos de la ONU.
La Lucha campesina continua por la implementación de la sentencia de la Corte Constitucional. El Ministerio de Agricultura y Ganadería, reacio a reconocer los derechos campesinos consagrados en la UNDROP, tiene ahora la obligación histórica de adjudicar las tierras a las indicadas organizaciones campesinas. Por lo que las organizaciones antes mencionadas nos declaramos en vigilancia permanente hasta que ese proceso se ejecute y las familias campesinas puedan gozar de su derecho a la tierra en paz.
COMUNICACIÓN UNIÓN TIERRA Y VIDA