#ManosQueNosAlimentan #2
En el marco de la emergencia sanitaria, un tema de preocupación es la violencia de las mujeres en el área rural. En el informe gubernamental de la emergencia sanitaria por el COVID-19 del 6 de junio del 2020, el Servicio Integrado de Seguridad ECU-911, reportó haber recibido 22.836 llamadas de emergencia desde el inicio del confinamiento, lo que equivale a una frecuencia diaria de 278 llamadas. De este número pocas han tenido el acompañamiento judicial debido. La magnitud del problema deja en evidencia la insuficiencia de los programas estatales en la erradicación de la violencia contra las mujeres.
La emergencia por el COVID-19 exacerba la violencia, de acuerdo a la directora ejecutiva de ONU Mujeres, el confinamiento aviva la tensión y el estrés generado por preocupaciones relacionadas con la seguridad, la salud y el dinero. Así mismo, refuerza el aislamiento de las mujeres que tienen compañeros violentos, separándolas de las personas y recursos que mejor puedan ayudarles, por tanto, es la situación perfecta para ejercer un comportamiento controlador y violento en el hogar.
En este segundo dialogo de la campaña #ManosQueNosAlimentan, Juana Francis Bone parte del Colectivo “Mujeres de Asfalto”, hace una lectura respecto a la violencia intrafamiliar en el área rural que fue evidente por el confinamiento producto de la emergencia sanitaria.