Declaración Política de Organizaciones de La Vía Campesina en Canadá y los Estados Unidos
En este Día Internacional de Acción contra la Organización Mundial de Comercio, OMC y los Tratados de Libre Comercio, organizaciones de La Vía Campesina en Canadá y los Estados Unidos – Family Farm Defenders, la Asociación Campesina de la Florida, National Family Farm Coalition, National Farmers Union of Canada, y Union Paysanne – nos comprometemos de nuevo con la lucha por la soberanía alimentaria aquí en América del Norte y en el mundo, en solidaridad con nuestros movimientos aliados.
En el contexto de este Día de Acción, nos situamos como agricultores, trabajadores agrícolas, trabajadores agrícolas migrantes, pescadores y administradores indígenas de la tierra. Abarcamos generaciones y geografías, géneros, orientaciones sexuales y culturas. Independientemente de nuestra diversidad, nos reunimos en un terreno común para alzarnos contra la actual desposesión impuesta violentamente por los acuerdos de libre comercio. El sistema agrícola actual tiene como objetivo suministrar materias primas baratas para satisfacer el insaciable afán de lucro de las empresas multinacionales a un costo inmenso para el medio ambiente, los consumidores y quienes producen alimentos sanos para nuestras comunidades en consonancia con la soberanía alimentaria y la agroecología.
La natural tendencia del libre mercado en la agricultura es que el valor monetario de los productos agrícolas se rezaga constantemente a pesar de los aumentos en los costos de la agricultura y de la vida a lo largo del tiempo. Esto sólo puede verse exacerbado por el libre comercio a escala mundial. Sin una regulación social de la agricultura, los ingresos de lxs agricultores y campesinos siempre disminuirán en dólares reales, lo que no deja otra opción a lxs agricultores que «hacerse grandes, o desaparecer».
Lxs agricultorxs que intentan ser respetuoso con la Madre Tierra, sus animales y los valores de la comunidad siempre estarán en desventaja frente a lxs agricultores que persiguen más riqueza, ya sea por supervivencia o por codicia, mediante prácticas destructivas de explotación laboral y costes externalizados.
Aunque exigimos con razón precios justos para lxs agricultores y salarios justos para lxs trabajadores de la alimentación y del campo, debemos subrayar que los precios baratos de las materias primas agrícolas invitan a las corporaciones multinacionales a utilizar estas materias primas imprudentemente para biocombustibles y fábricas de ganado industrial. Esto, a su vez, también permite a estas corporaciones crear alimentos manufacturados insalubres y con una larga vida útil para ser enviados a todo el mundo.
Reconocemos que nuestros sistemas democráticos se han corrompido y no representan las demandas populares de un cambio social transformador, sino que su corrupción favorece al sistema alimentario global corporativo. Nuestra lucha comienza en nuestro trabajo colectivo para desafiar a nuestros gobiernos desde la base. Con este fin, nos comprometemos a trabajar con lxs aliadxs de La Vía Campesina, LVC, por un marco comercial alternativo al Acuerdo sobre Agricultura promovido por la OMC, que promueva la soberanía alimentaria y se alinee con la Declaración de la ONU sobre los Derechos Campesinos y Otras Personas que Trabajan en Zonas Rurales.
Exigimos a los Gobiernos de Canadá y Estados Unidos que rompan sus vínculos con la agroindustria empresarial y el comercio neoliberal desregulado y que, en su lugar, den prioridad a los derechos y los medios de vida de quienes cultivan alimentos en el contexto de la mitigación de la crisis climática, la reversión de la pérdida de biodiversidad y la mejora de la estabilidad social.
En este momento, nuestro movimiento en Norteamérica se encuentra en un proceso de reconstrucción a medida que desarrollamos procesos renovados de toma de decisiones, gobernanza y política. Utilizando los estatutos de LVC para guiar nuestro trabajo, estamos reforzando nuestro funcionamiento interno. Estamos desarrollando principios operativos que definen los procesos de toma de decisiones y comunicación, los términos y responsabilidades del liderazgo, la resolución de conflictos y la responsabilidad mutua en nuestro trabajo regional. Sólo con una base sólida podremos trabajar colectivamente hacia una visión compartida de la transformación de los sistemas alimentarios frente a las crisis que se entrecruzan.
En nuestra lucha contra el agronegocio corporativo en nuestro sistema alimentario, sacamos fuerzas de la camaradería y el poder colectivo que estamos construyendo a través de este movimiento global. La región de América del Norte es particular para la lucha histórica en este movimiento, y reiteramos nuestro compromiso junto con La Vía Campesina, unidxs en nuestras diversidades.